Ernesto ya estaba listo como tantas otras veces para entrar en combate, los adversarios siempre lo subestimaban incluso a veces se reían de él, pero eso a Ernesto no le molestaba, para él era una enorme ventaja.
Cuando entró Jagare, su contrincante asignado no parecía que fuera a ser diferente. Jagare era una extraña criatura, una especie de gorila semi-inteligente con patas de cabra quizá producto de la magia aunque parecía más bien un experimento genético, esto por lo menos es lo que le pareció a Ernesto, que mientras hacía los estiramientos básicos antes del combate observaba a su enemigo detenidamente.
Jagare tenía un aspecto feroz sin duda, pero a Ernesto no le intimidaba, a pesar de que tenía que ser temible para un humano, para un ciclope no era más que un enano, un enano feo todo hay que decirlo. En el extremo de su brazo derecho donde debería estar una garra, Jagare tenía lo que parecía un cuchillo, eso tranquilizó aún más a Ernesto, si había tenido que ponerse esa prótesis quería decir que no tenía regeneración, un vistazo más detenido confirmo esa hipótesis ya que el mono-cabra estaba repleto de cicatrices, y es que a veces alguna quimera de laboratorio como Jagare ya le había dado alguna sorpresa.
Jagare por su parte se movía de un lado a otro como un boxeador antes de entrar en combate, no parecía que el enorme tamaño de Ernesto lo intimidara lo más mínimo, de hecho momentos antes de que se iniciase el combate, lo miró burlón y con una voz gutural más parecida a un rugido le espetó a Ernesto que estaba ya finalizando los estiramientos:
Al decir esto Jagare lanzó una carcajada que más parecía un gruñido, esto enfureció a Ernesto, no le gustaba que se mezclase su estilo de lucha con la orientación sexual, no es que tuviera nada en contra de los gays, pero ese tipo de comentarios le ofendían ya que los ciclopes tienen gran libertad sexual y de tendencias, de hecho a Ernesto le tiraba más el bestialismo, quieras o no le pesaban todos esos años en soledad paseando ganado en las colinas de su tierra, por eso en ese momento tomó una decisión, el combate sería a muerte y quizás después violaría el cadáver de su oponente, no acostumbraba a hacerlo pero esas torneadas patas de cabra hacían que su tanga se le quedase pequeño.
Jagare ve interrumpida su risa por el pitido estruendoso del inicio del combate, en ese momento ve como Ernesto inicia unos suaves movimientos que sorprenden durante un momento a Jagare por su belleza y rapidez tanto en la ejecución como por el tamaño de quien los realiza. Pero ese estupor solo dura un momento y se lanza al ataque furioso como un berserker.
Ernesto ve como el pequeño Jagare se lanza como loco en su dirección, sin embargo él no le presta atención y sigue su danza, lo que no sabe Jagare es que está ejecutando un baile mortal que terminará en un solo y hermoso movimiento.
Quien estuviese viendo el combate en ese momento quizá vería como Jagare salta furioso hacia su oponente sin duda para asestar un golpe mortal en algún órgano vital, pero digo quizá porque lo asombroso del momento es ver a un ciclope de más de una tonelada hacer un quiebro al tiempo que da una vuelta sobre si mismo cortando con uno de sus cuchillos a Jagare por la mitad.
En cuatro segundos y medio termina el combate, Jagare sufre espasmos en el suelo, Ernesto termina el giro mortal y se acerca a su oponente, sabe que tiene poco tiempo antes de que muera y quiere dejar marcada en la retina de su rival una visión que lo acompañe en el infierno por toda la eternidad, un plano detalle de su culo peludo, mientras hace esto oímos por primera vez la voz de Ernesto, es una voz dulce y severa:
- VA POR TÍ NACHO DUATO.
Acto seguido destroza el cadáver en un arrebato de rabia, el golpe estropeo demasiado el cuerpo para que pudiera sodomizarlo tal como se había prometido antes, lastima de piernas, es lo que piensa mientras recoge con un cubo la sangre que puede de los restos destrozados de Jagare, aún le falta mucha sangre para seguir tiñendo su tutú, pero mientras va a su esquina a esperar el siguiente enfrentamiento piensa que aún quedan también muchos combates y quizá en el siguiente pueda no estropear tanto el cuerpo para sacar más sangre, lo que nunca podrá volver a tener es unas piernas de cabra tan bonitas como las que tenía Jagare.
Están parejos en fuerzas y monstruosidad. Pero el tutú no es tanto una mariconada si no el símbolo de una agilidad y una serie de tecnicas basadas en el baile que acabarán dándole la victoria, al menos en éste combate. Vencedor: Ernesto.
Lo siento por Jagaré: no pudo resistir la terrible visión del tanga de Ernesto y prefirió arrancarse los ojos antes que seguir contemplando algo tan bello. De esta manera, murió desangrado. Ernesto gana, pero queda afectado por la pena ¿Por qué su belleza siempre provoca la muerte a su alrededor?
Jagare. No se puede bailar de puntillas con semejante masa muscular y portar sendos cuchillos. Un pisotón con los cascos de Jagare y el cíclope Ernesto está vendido.
Jagare vence a Ernesto, porque... mariconadas las justas!!
ResponderEliminarMi voto para Ernesto. Con sus cuchillos ,su fantástico tutu y ese amor por la danza es invencible.
ResponderEliminarernesto que gran adversario cualquiera lucha contra un cíclope con tutu gana ernesto fijo
ResponderEliminarErnesto ya estaba listo como tantas otras veces para entrar en combate, los adversarios siempre lo subestimaban incluso a veces se reían de él, pero eso a Ernesto no le molestaba, para él era una enorme ventaja.
ResponderEliminarCuando entró Jagare, su contrincante asignado no parecía que fuera a ser diferente.
Jagare era una extraña criatura, una especie de gorila semi-inteligente con patas de cabra quizá producto de la magia aunque parecía más bien un experimento genético, esto por lo menos es lo que le pareció a Ernesto, que mientras hacía los estiramientos básicos antes del combate observaba a su enemigo detenidamente.
Jagare tenía un aspecto feroz sin duda, pero a Ernesto no le intimidaba, a pesar de que tenía que ser temible para un humano, para un ciclope no era más que un enano, un enano feo todo hay que decirlo. En el extremo de su brazo derecho donde debería estar una garra, Jagare tenía lo que parecía un cuchillo, eso tranquilizó aún más a Ernesto, si había tenido que ponerse esa prótesis quería decir que no tenía regeneración, un vistazo más detenido confirmo esa hipótesis ya que el mono-cabra estaba repleto de cicatrices, y es que a veces alguna quimera de laboratorio como Jagare ya le había dado alguna sorpresa.
Jagare por su parte se movía de un lado a otro como un boxeador antes de entrar en combate, no parecía que el enorme tamaño de Ernesto lo intimidara lo más mínimo, de hecho momentos antes de que se iniciase el combate, lo miró burlón y con una voz gutural más parecida a un rugido le espetó a Ernesto que estaba ya finalizando los estiramientos:
- Mariconadas las justas.
Al decir esto Jagare lanzó una carcajada que más parecía un gruñido, esto enfureció a Ernesto, no le gustaba que se mezclase su estilo de lucha con la orientación sexual, no es que tuviera nada en contra de los gays, pero ese tipo de comentarios le ofendían ya que los ciclopes tienen gran libertad sexual y de tendencias, de hecho a Ernesto le tiraba más el bestialismo, quieras o no le pesaban todos esos años en soledad paseando ganado en las colinas de su tierra, por eso en ese momento tomó una decisión, el combate sería a muerte y quizás después violaría el cadáver de su oponente, no acostumbraba a hacerlo pero esas torneadas patas de cabra hacían que su tanga se le quedase pequeño.
ResponderEliminarJagare ve interrumpida su risa por el pitido estruendoso del inicio del combate, en ese momento ve como Ernesto inicia unos suaves movimientos que sorprenden durante un momento a Jagare por su belleza y rapidez tanto en la ejecución como por el tamaño de quien los realiza. Pero ese estupor solo dura un momento y se lanza al ataque furioso como un berserker.
Ernesto ve como el pequeño Jagare se lanza como loco en su dirección, sin embargo él no le presta atención y sigue su danza, lo que no sabe Jagare es que está ejecutando un baile mortal que terminará en un solo y hermoso movimiento.
Quien estuviese viendo el combate en ese momento quizá vería como Jagare salta furioso hacia su oponente sin duda para asestar un golpe mortal en algún órgano vital, pero digo quizá porque lo asombroso del momento es ver a un ciclope de más de una tonelada hacer un quiebro al tiempo que da una vuelta sobre si mismo cortando con uno de sus cuchillos a Jagare por la mitad.
En cuatro segundos y medio termina el combate, Jagare sufre espasmos en el suelo, Ernesto termina el giro mortal y se acerca a su oponente, sabe que tiene poco tiempo antes de que muera y quiere dejar marcada en la retina de su rival una visión que lo acompañe en el infierno por toda la eternidad, un plano detalle de su culo peludo, mientras hace esto oímos por primera vez la voz de Ernesto, es una voz dulce y severa:
- VA POR TÍ NACHO DUATO.
Acto seguido destroza el cadáver en un arrebato de rabia, el golpe estropeo demasiado el cuerpo para que pudiera sodomizarlo tal como se había prometido antes, lastima de piernas, es lo que piensa mientras recoge con un cubo la sangre que puede de los restos destrozados de Jagare, aún le falta mucha sangre para seguir tiñendo su tutú, pero mientras va a su esquina a esperar el siguiente enfrentamiento piensa que aún quedan también muchos combates y quizá en el siguiente pueda no estropear tanto el cuerpo para sacar más sangre, lo que nunca podrá volver a tener es unas piernas de cabra tan bonitas como las que tenía Jagare.
EVIDENTEMENTE VOTO POR ERNESTO
ResponderEliminarEstán parejos en fuerzas y monstruosidad. Pero el tutú no es tanto una mariconada si no el símbolo de una agilidad y una serie de tecnicas basadas en el baile que acabarán dándole la victoria, al menos en éste combate.
ResponderEliminarVencedor: Ernesto.
Voto por Ernesto. Sus argumentos me parecen convincentes. Además, hay que apoyar el travestimo en tooodas sus formas.
ResponderEliminarGana Ernesto realizando realizando un magistral Baile de los Cisnes de la Muerte.
ResponderEliminarEs que ese tanga hipnotiza a cualquiera, le de placer o asco xD. Gana Ernesto!!
ResponderEliminarYo también creo que gana Ernesto, ese tutú... tutú... tu... tu... tu... Tono de comunicar. Jagare no puede dejar de mirarlo, y ésa es su perdición.
ResponderEliminarLo siento por Jagaré: no pudo resistir la terrible visión del tanga de Ernesto y prefirió arrancarse los ojos antes que seguir contemplando algo tan bello. De esta manera, murió desangrado. Ernesto gana, pero queda afectado por la pena ¿Por qué su belleza siempre provoca la muerte a su alrededor?
ResponderEliminarJagare.
ResponderEliminarNo se puede bailar de puntillas con semejante masa muscular y portar sendos cuchillos. Un pisotón con los cascos de Jagare y el cíclope Ernesto está vendido.
Ernesto wins...
ResponderEliminarHay un tanga en juego? Ernesto wins.
ResponderEliminarVictoria para Ernesto... danzar y cortar todo es empezar...
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